A Casilda Rojas Tubilleja, mi abuela, se puede decir que nunca le conocí sana y es que cuando yo tenía 8 años le diagnosticaron Alzheimer. Estuvo otros 13 años con la enfermedad hasta que murió. Cuando murió ya no era Casilda Rojas Tubilleja, no sabía quién era ni quiénes éramos.
Nunca conocí «en sus cabales» a mi abuela, y creo que siempre fui el nieto que más atención la prestó (al menos al final). Será que por no haberle conocido «sana», yo acepté con mayor naturalidad su nuevo estado, y me afectó menos su metamorfósis. Yo no lo veía tan dramático, mientras mi abuelo o mi madre lloraban por las esquinas o mis hermanos intentaban evitar el tema.
Casilda siempre sonreía, creo que era la más feliz de mi familia, la más vitalista. Al contrario que su marido, que todo lo veía más negro. Casilda Rojas tenía tres hermanas, y a las cuatro en Burgos les llamaban Las Rojas. Imaginad lo que es eso en esa época, pero Franco no vio razón para cambiarles el apellido.
Hoy es el Día Mundial contra el Alzheimer, en la portada de Elpais.es ni lo nombran, están demasiado ocupados con la huelga en Madrid. En Elmundo tienes que ir a la sección de salud. Todo muy visible.
Me acuerdo cuando mi abuela se perdía yendo al mercado, cuando le traían las vecinas a casa, cuando pensaba que mi abuelo era un extraño y le echaba de la cama por las noches. Recuerdo cuando al final teníamos que darle de comer, siendo completos desconocidos. Recuerdo cómo acabó siendo un mueble, recuerdo que mi madre perdía la paciencia dándole de comer y cómo olían sus pañales o sus gritos por las noches.
Pero también recuerdo que mi abuela se acordaba de repente de alguna canción de su juventud (la música fue lo último que se le olvidó), que tras dos años sin hablar decía tu nombre, o que soltaba alguna lágrima cuando le recordabas que su marido ya no estaba vivo, aunque no supiera que había estado casada con él cincuenta años ni pudiera abrir la boca para contestarte.
A mi Casilda me enseño que el Alzheimer es una enfermedad familiar. Allí todos la sufrimos y la padecimos. Mi madrey mi abuelo, los que más. Mi abuelo murió de cáncer a la mitad de la enfermedad de mi abuela. No he visto un hombre querer más a su mujer, aunque ya no fuera su mujer.
Casilda, durante 13 años era cada día menos mi abuela, pero a la vez seguía siendo mi abuela.
El viernes estoy en Burgos, a ver si subo una foto de Casilda.